Biologia
El águila gigante de Nueva Zelanda (
Harpagornis moorei) se extinguió después de que los antiguos polinesios llegaran a la isla. Les dio tiempo, sin embargo, para maravillarse de su tamaño y retratar a la enorme ave de presa en pinturas rupestres.
Ahora los científicos*, esos seres con bata y cabello electrizado, han analizado el ADN de sus fósiles y lo han comparado con el de varias especies de águilas actuales. El resultado ha sido sorprendente, pues concluye que los parientes vivos más cercanos del ave fósil son un grupo de especies muy pequeñas del género
Hieraaetus. Atendiendo a la morfología esquelética, se pensaba antes que el águila gigante era la "hermana" del águila audaz australiana,
Aquila audax, de tamaño considerable.
Tan cercano parece el parentesco entre el
Harpagornis moorei y las pequeñas águilas
Hieraaetus, que el antepasado común más reciente pudo vivir hace tan solo un millón de años. Eso conduce a plantear la siguiente hipótesis:
Una población de
Hieraaetus llega a Nueva Zelanda, en la que escasean los depredadores, y comienza a alimentarse de
moas (aves no voladoras extintas) cada vez más grandes. La presión selectiva le hace experimentar una rapidísima evolución mediante la cual incrementa hasta diez veces su tamaño. Termina alcanzando, en un periodo de tiempo sorprendentemente corto, un peso que supera en un 30%-40% al mayor ave de presa actual (la amenazada
águila arpía Harpia harpyja).
A propósito del
Homo floresiensis se habló de enanismo insular. Este puede ser justo el caso contrario:
gigantismo insular.
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*Bunce
et al. 2005.
Ancient DNA Provides New Insights into the Evolutionary History of New Zealand's Extinct Giant Eagle. PlOS Biology. Volume 3. Issue 1.
Sinopsis y
Artículo completo disponibles
2005-01-07 | Haz un comentario (hay 24)
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De: Aeolos |
Fecha: 2005-02-01 01:31 |
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Sobre el gigantismo:
El gigantismo es una tendencia muy generalizada entre los animales, sobre todo cuando las condiciones troficas lo permiten. Lo mismo se puede decir del enanismo. Esto es tan común, y en ocasiones tan subjetivo, que la mayoría de los biólogos consideran el asunto como algo de la menor relevancia y hasta lo consideran una mera trivialidad (siempre recordare un discurso de Coria en el que decía algo así como: a nosotros los científicos no nos interesa eso del tamaño
.no es relevante
. Y luego verlo en cada canal y a cada rato vociferando que tenia los dinosaurios más GRANDES del mundo). Sabemos que el tamaño es una de las características más fácilmente modificables, incluso intra específicamente, siendo uno de los medios más comunes de diferenciación sub especifica. Los medios insulares tienen características que favorecen ciertas tendencias de crecimiento, pues al tratarse de medios limitados pueden darse dos situaciones básicas: tendencia al enanismo por la limitación de recursos o tendencia al gigantismo por la abundancia de los mismos. Para los animales grandes que colonizan islas pequeñas o con pocas fuentes de alimentación, el adaptarse rápidamente a esta nueva situación es imperativo y uno de los cambios mas veloces es el tamaño (con el tiempo, se puede sumar la especialización a nuevas dietas o nichos). Eso lo observamos en casos como el de los Mamutts y elefantes pigmeos, bovinos, humanos he incluso en sauropodos (los titanosaurios de Madagascar están entre los mas pequeños conocidos). Rara vez estos animales se vuelven más grandes en las islas, aun cuando halla suficiente alimento. En el caso inverso, los animales pequeños que colonizan islas ricas en alimentos, tienden a desarrollar mayores tallas que en el continente. En el caso de las aves, se observa también la tendencia a perder la capacidad de volar, muchas veces en favor de un mayor tamaño (una buena excepción es el caso de Harpagornis). Así es como surgen roedores he insectívoros gigantes, así como la mayoría de las grandes aves terrestres. Desde luego estas tendencias poseen numerosas variables como son la dieta del animal, la densidad poblacional, el tamaño y clima de la isla etc
pero en muchos casos surgirá una de ambas tendencias (o bien los animales pueden conservar sus tamaños originales). El caso particular de Harpagornis, su tamaño es resultado de la adaptación a la caza de grandes presas (moas), nicho que se hallaba vació en la isla de Nueva Zelanda.
Sobre el estudio ADN de Bunce et all:
Efectivamente el cladograma presentado en esta publicación presenta a las dos subespecies del género Hieraaetus separadas filogenéticamente y con relaciones más próximas a otras especies del mismo género [H. m. weiskel + ( (H. m. morphnoides + H. pennatus) + Harpagornis) ]. Esto ofrece las siguientes interpretaciones:
1. H. pennatus es descendiente directo de H. m. morphnoides, y se ha diferenciado lo suficiente para constituir una especie separada de toda variedad de H. morphnoides.
2. H. pennatus no es una especie separada, si no una subespecie de H. morphnoides
3. H. m. morphnoides + H. pennatus por poseer una relación de descendencia mas estrecha que con cualquier otra subespecie constituyen un clado natural que debiera poseer el mismo rango taxonómico especifico, posiblemente diferente al de H. m. weiskel
4. Harpagornis posee una relación mas próxima con el clado (H. m. morphnoides + H. pennatus) que con cualquier otro de aves vivientes.
Los autores sugieren, y yo concuerdo, la alternativa 3 para solucionar el caso de la relación entre las subespecies de H. morphnoides y H. pennatus. Dado que la especie tipo del género Hieraaetus es H. pennatus (Gmelin 1788), la correcta designación subespecifica a emplearse debería ser H. pennatus pennatus y H. pennatus morphnoides. Los autores también sostienen que ahí buenos fundamentos para asumir que H. m. weiskel es una especie separada y por tanto debe emplearse la designación H. weiskel (Reichenow 1900). El punto 4 es claro respecto a la relación de Harpagornis con Hieraaetus, los autores sugieren efectivamente la sinonimia de ambos géneros y el uso por prioridad del género Hieraaetus. En base al cladograma presentado resulta la mejor alternativa dado que se emplea el género incluso para la variedad no estrechamente emparentada con las especies mencionadas (lo que podría ser otro error taxonómico), como ocurre con H. kienerii. Esta hipótesis filogenética se basa solo en análisis moleculares, por lo que aun queda realizar un contraste con los de más caracteres conocidos (aun que aquellos que sientan que estos análisis son la panacea no necesitarán mayores argumentos). Como dije anteriormente, el tamaño es la características que puede modificarse con mayor rapidez, por lo que no es sorprendente que en 1 millón de años se produjese este cambio (personalmente me resulta mas llamativo el por que no evoluciono antes un predador para las moas).
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