Biologia
Hormigas paracaidistas
Cuando las hormigas arborícolas de la espinosa especie Cephalotes atratus caen al suelo desde las alturas, no mueren. Debido a su tamaño, el golpe es insignificante. Sin embargo, a ellas no les hace nada de gracia: han de realizar un largo y penoso viaje lleno de recovecos y peligros, a través de la materia vegetal en descomposición, para regresar a su árbol.Recientemente se ha descubierto* que estos insectos sólo dan con su exoesqueleto en el suelo pocas veces. Durante más del 80% de las caídas, las hormigas son capaces de dirigir la trayectoria de su cuerpo para alcanzar el tronco donde está su hogar, realizando trayectorias en "J".
¿Cómo lo hacen, careciendo de alas? Pues no se sabe muy bien, pero probablemente mediante cambios de postura en las patas y el cuerpo. Y necesitan ver el sitio a donde quieren llegar, sin que eso les impida colocarse siempre con el abdomen por delante (es decir, que van de culo).
Nature nos permite ver unos pequeños vídeos en los que se ve cómo estas hormigas son soltadas a 25 m del suelo y consiguen "volar" hasta su tronco, situado hasta a 3,3 m de distancia en horizontal.
El descenso dirigido, como el "paracaidismo" o el algo más difícil planeo, es una habilidad que ha surgido en diferentes tipos de vertebrados. Por ejemplo, en la graciosísima rana voladora y en la serpiente Chrysopelea). Se considera un estadio previo a la evolución del vuelo. Ésta es la primera vez que se estudia en un tipo de insectos.
Aquí, un artículo sobre el asunto
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*Yanoviak, S. P. et al. (2005) Directed aerial descent in canopy ants. Nature 433, 624-626
2005-02-11 | Haz un comentario (hay 11)
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