Biologia
La extinción asfixiante
La extinción masiva entre el Pérmico y el Triásico fue la más terrible de todas y, cuando acabó, la diversidad tardó mucho más tiempo en recuperarse que en las otras. Está bien probado que la catástrofe biológica coincidió con una fuerte disminución del nivel de oxígeno del aire, que llegó a caer hasta el 12% (en la actualidad tenemos un 21%). Otro estudio publicado en Science* vuelve a analizar el asunto. Al parecer, la caidita duró 20 millones de años, quizá un tiempo insuficiente para que pudiera adaptarse la mayoría de las especies. Que, además, estaban acostumbradas a una atmósfera especialmente oxigenada (30%) al principio del Pérmico. Para colmo, el calentamiento global que también se estaba produciendo aumentaba las necesidades de oxígeno de los organismos.A las dificultades fisiológicas se añadieron las que afectaban a la movilidad, la búsqueda de alimento, la dispersión y el intercambio genético en el medio terrestre. Estando al nivel del mar se llegó a respirar tan dificultosamente como hoy en día en Quito, a 2800 metros de altitud. Y al inicio del Triásico, cuando el 90% de las especies ya habían sido fulminadas, había tan poco oxígeno al nivel del mar como hoy en una montaña de 5.300 metros (inhabitable para nuestra especie excepto en cortos periodos de tiempo). Las zonas medianamente altas del supercontinente Pangea se convirtieron en barreras anóxicas para los animales y las plantas, cuyas poblaciones quedaron atrapadas e incomunicadas.
Justo después comenzó la expansión de los dinosaurios. En 2003 se propuso quizá su éxito se debió a que disponían de pulmones de tipo aviano, más eficaces en la captación de oxígeno que los de cualquier otro vertebrado, y mucho más resistentes a la escasez y a la altitud. Un pájaro vuela feliz en las alturas, mientras que el murciélago más atlético muere asfixiado. ¿Estarían los primitivos dinosaurios igual de felices en el Triásico?
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*Hypoxia, Global Warming, and Terrestrial Late Permian Extinctions. Raymond B. Huey and Peter D. Ward. Science 15 April 2005: 398-401.
2005-04-20 | Haz un comentario (hay 11)
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