Filogenia
¿Venimos del ctenóforo?
Los ctenóforos ("portadores de peines") son bellos animales marinos de cuerpos transparentes, iridiscentes y, a menudo, bioluminiscentes (véase, por ejemplo, este vídeo). Su aspecto "alienígena" inspiró el diseño de las criaturas de la película The Abyss (1989). Se los suele confundir con las medusas, aunque hace ya mucho tiempo que los zoólogos los consideran un grupo claramente distinto. Esta semana han sido protagonistas de muchas noticias científicas, cuyos titulares no siempre han sido afortunados.
La novedad científica ha sido la publicación de un completo esquema evolutivo de los animales actuales, obtenido gracias a la enorme cantidad de secuencias genómicas disponibles hoy en día. El nuevo árbol filogenético es el más preciso trazado hasta la fecha. El estudio ha sido realizado por un equipo internacional de científicos conducido por Casey Dunn y publicado en la revista Nature*. Ha permitido confirmar varias hipótesis previas sobre las relaciones de familia de los diferentes grupos de animales (por ejemplo, el estrecho parentesco entre nuestro grupo -el de los cordados- y el de los erizos de mar), así como resolver varias incógnitas.
Y también ha habido sorpresas. La más sonada: la posición de los ctenóforos en la primera rama del árbol (donde previamente los científicos situaban casi siempre a las esponjas).
Eso no implica que los ctenóforos fueron nuestros "primeros antepasados", como se afirma en medios como Telegraph.co.uk. Estar en la primera rama no significa ser el tronco. Veamos un ejemplo: consideremos a las aves, los cocodrilos, las lagartijas y el hombre. Si construimos el árbol de parentesco evolutivo de estos grupos, veremos que nuestra especie aparece en la primera rama, pues el linaje que nos dio origen a los mamíferos fue el primero que se separó en este conjunto. Y, sin embargo, ¡nadie en su sano juicio propone que el hombre sea el antepasado de las aves o de los cocodrilos!
Lo que el estudio permite deducir es que el último ancestro común de todos los animales actuales produjo inicialmente dos linajes: uno que desembocó en los ctenóforos y otro, que siguió bifurcándose hasta dar lugar, tras sucesivas ramificaciones, al resto de los animales. Como ocurre con todos los trabajos científicos, este resultado debe considerarse provisional. Los propios autores explican que debería corroborarse tras añadir datos genómicos adicionales obtenidos de esponjas y otros animales sencillos.
¿Y por qué sorprende que los ctenóforos puedan desbancar a las esponjas de la primera rama del árbol? Resulta que las esponjas o poríferos son los seres más simples del reino y, aparentemente, los más primitivos. Carecen de organización en tejidos propiamente dichos, no tienen capas embrionarias, ni células nerviosas, ni músculos, ni sistema digestivo... Los ctenóforos pueden parecer simples sacos con brillantina, pero al menos poseen sistemas nerviosos, musculares y digestivos básicos. Si el antepasado común de todos los animales era simple cual esponja, entonces los ctenóforos alcanzaron su nivel de organización de forma independiente y paralela, convirtiéndose en algo así como medusas alternativas. Si, por el contrario, el antepasado común era tan complejo como los ctenóforos, entonces el linaje de los poríferos evolucionó hacia un nivel de complejidad menor. Ésta última es la opción que ha sido resaltada en los medios, con titulares como éste:
"Conmoción: el primer animal en la Tierra era sorprendentemente complejo" (LiveScience)
O con declaraciones en el mismo sentido de los propios investigadores:
"La presencia de los ctenóforos en la base del árbol de la vida sugiere que el primer animal fue probablemente más complejo de lo que anteriormente se pensaba, ha dicho Dunn" (Eurekalert).
En realidad, una cosa es el antepasado común más reciente de los animales actuales (quizá tan complejo como un ctenóforo) y otra cosa muy distinta es hablar del "primer animal sobre la Tierra". Decir que el primer animal que surgió era ya complejo es injustificado. No se desprende del estudio (ni de ningún otro trabajo), y alimenta las esperanzas de los creacionistas, que sin duda ya están utilizando esta noticia para afirmar que la biología ha probado que el Creador hizo a los animales de un solo golpe. Todo lo que sabemos actualmente nos indica que los animales surgieron por etapas graduales a partir de ancestros unicelulares, y que atravesaron diferentes niveles de complejidad (aunque luego ésta complejidad pueda perderse en algunos linajes). El antepasado común más reciente de los animales de hoy no fue necesariamente el primer animal del planeta, ni tampoco el único de su época.
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*Casey W. Dunn et al. 2008. Broad phylogenomic sampling improves resolution of the animal tree of life. Nature 452, 745-749 (10 April 2008) | doi:10.1038/nature06614. Abstract
Foto: OAR/National Undersea Research Program (NURP)
2008-04-11 | Haz un comentario (hay 65)
Etiquetas: poríferos, medusas, genoma, filogenia, evolución, esponjas, ctenóforos, Casey Dunn, árbol evolutivo, animales
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