Paleontologia
El Homo naledi como fósil problemático
ATENCIÓN, NO USEN ESTO PARA SUS TAREAS ESCOLARES.En septiembre del año pasado se publicaba el descubrimiento del Homo naledi, un hominino transicional que, según fue conceptualizado, transgredía la frontera entre los australopitecinos y los primeros miembros del género Homo (entendiendo, aclaremos, "género" y "Homo" en un sentido puramente taxonómico-biológico y circunscribiéndonos momentáneamente a esta subnarrativa particular intrínseca a la subcultura del discurso ""científico"").
Los restos post-materiales se habían encontrado en una cueva de la provincia sudafricana de Gauteng, un territorio en el que discursos subdialécticos opuestos sobre la raza pugnan por la "hegemonía significante" (sensu Derrida) en el seno de diversas expresiones étnico-identitarias. El Homo naledi fue, inevitablemente, señalado como un descubrimiento racista.
Un aspecto crítico pero frecuentemente ignorado de la dimensión humana de la paleoantropología es la relación entre la "verdad" publicada y su impacto en las comunidades etno-culturales. La propaganda del hallazgo, el hallazgo en sí (no los "fósiles", que, como tales, no existen, sino su textualidad re-creada en un discurso académico concreto), la agresividad jerárquica con la que fue impuesto como "realidad total" (según Lacan) a las diversas sub-realidades étnicas, hizo del Homo naledi un hominino que, en su contexto postcolonial, era percibido como despreciativo, ofensivo, abusivo, prejuicioso, intolerante. En definitiva, un hominino problemático.
Sería simplista interpretar estas acusaciones de racismo como el resultado de la "ignorancia científica" (en el sentido ingenuo y ramplón del cientificismo moderno) o de una excesiva influencia del "creacionismo" religioso (incluso ante la persistente negación de la relación evolutiva entre los babuinos (ejemplificación postsemiótica del primate arquetípico) y la humanidad (sublimada en la población nativa sudafricana))))))))). Teniendo esto en cuenta, no deberíamos soslayar la significancia "preconstructiva" del apartheid y la subsecuente desublimación africanista ante la supremacía auto-percibida de los varones blancos (Lee R. Berger, un varón blanco, sin discapacidades, cis y probablemente heterosexual, fue el científico que lideró la campaña de investigación).
Las representaciones artísticas del H. naledi lo expusieron como un individuo visibilizado como hombre, de piel tostada (apropiación cultural) y rasgos alejados del paradigma blanco-privilegiado (aunque el pelaje lacio y los labios finos han sido intepretados por expertos en post-ecología de las minorías como un intento de enmascarar y «auto-negar» el discurso normativo-supremacista solidificado mitopoyéticamente en las esculturas "«""científicas""»").
El Homo naledi es problemático también, y de un modo intrínsecamente preponderante, desde la perspectiva de género. Berger (quien ha desoído todas las peticiones que, desde diversos espacios neofemininistas, le instaban a clasificar la nueva especie como Mulier naledi), había solicitado para los trabajos de extracción de los fósiles un equipo de espeleólog@s "pequeñ@s". Lxs candidates fueren sometidxs a un casting en el qu@, finalmentx, resultaron escogidas seis personas visibilizadas como mujeres. Sus parámetros físicos (dejando a un lado la endeblez o, mejor dicho, inexistencia de la "medida" con independencia de los diversos "post-subdiscursos" neomaterialistas), aunque los cuerpos no dejen de evidenciarse como constructos sociales, podrían proyectar estándares de belleza difícilmente alcanzables por la bio-mujer actual (y, por tanto, opresivos en el metacontexto heteropatriarcal cis-sistémico).
De poco le sirvió a Berger excusarse mediante alusiones (claramente fálicas) a las estrecheces "objetivas" (de nuevo, en sentido cientificisista ingenuo) de las galerías de la cueva. Varios analistas del masculinismo paleontológico han señalado que estas seis mujeres fueron objetivifivicadas (y, por tanto, sexualmente explotadas). Las propias espeleólogas han confirmado que, durante aquellas jornadas en las que tuvieron que atravesar conductos subterráneos de menos de 16 centímetros de anchura, se habían sentido oprimidas.
La respuesta a la perspectiva simplista y corta de miras (si se nos permite el capacitismo) resumida en la frase "a hominin is just a hominin" ("un hominino es solo un hominino") no puede limitarse a extraer y visibilizar la experiencia de unos individuos-mujer o unos invididuos-negro. Eso permitiría el avance de las barreras, los prejuicios y los privilegios de los que el paradigma postcapitalista es núcleo irradiador. Necesitamos, pues, actuar sobre la "materialidad". El Homo naledi perpetúa el sexismo, el apartheid y la gordofobia, y por tanto quizá sería recomendable, como ya están exigiendo diversos colectivos activistas, que se procediera a la deconstrucción física completa ("física" en sentido premoderno) de todos sus restos "fósiles".
Y a dinamitar la dichosa "cueva".
ESTO HA SIDO UN POST SATÍRICO CON MOTIVO DEL UNO DE ABRIL, DÍA INTERNACIONAL DE LAS BROMAS. NO UTILICEN ESTE MATERIAL PARA APARENTAR ERUDICIÓN, PROFUNDIDAD O INTELIGENCIA. NO FUMEN. NO SE PASEN TAMPOCO CON EL DEPORTE.
2016-04-01 | Haz un comentario (hay 100)
Etiquetas: Homo naledi
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